¿Alguna vez te has detenido a observar la espuma que forma una bebida gaseosa cuando está recién servida? ¿Te ha resultado curiosa la imagen que forma un grupo de tubos apilados horizontalmente, visto desde uno de sus extremos? ¿Las prendas de vestir con estampado de puntos o tejidas, te causan alguna inquietud? Si la respuesta es no, probablemente no sabes que existen personas a las que estas descripciones pudiesen causarle temor. Por extraño e improbable que parezca, es una circunstancia más común de lo pensado, conocida como tripofobia. Puede llegar a afectar a muchas personas, incluso se afirma que todos podríamos padecerla en diferentes medidas. A continuación, abarcaremos más ampliamente en qué consiste esta fobia.
¿Qué es la Tripofobia?
La Tripofobia puede definirse como la repulsión, desagrado y hasta pánico que pueden provocar las imágenes con formas repetitivas. También, los diferentes elementos que posean un conjunto de hoyos o protuberancias, simétricas o no. La palabra Tripofobia se traduce literalmente del griego como ‘miedo a los agujeros’. Las personas que la padecen les ocasiona irritación mirar objetos o conjunto de cosas con patrones similares y repetitivos. Así, no soportan contemplar una aglomeración de espuma de jabón o una imagen ampliada de los poros de la piel. Aunque la causa de su miedo no represente un peligro para ellos, experimentan síntomas de ansiedad si no pueden evitarla. Así parezca una de las fobias más extrañas que alguien pueda llegar a tener o desarrollar, suele ser bastante común.
Síntomas de la fobia
Todas las fobias se hacen evidentes con síntomas comunes, pero éstos varían de intensidad en cada persona. Esto sucede porque cada una de ellas tiene mecanismos diferentes para gestionarla, por lo que pueden reaccionar de diferentes maneras. En el caso de la Tripofobia, puede pasar desapercibida o no ser notada hasta que se hace inevitable el encuentro. Un panal o colmena de abejas, un objeto sintético con un patrón repetitivo, como un mantel individual, pueden exteriorizarla.
Estos representan apenas un par de ejemplos de las cosas que creeríamos improbables de producir una fobia en alguien. Sin embargo, cuando aparecen, las personas que la padecen evitan por todos los medios contemplarlas o siquiera pensar en ellas. Si, por el contrario, no pueden evitar el contacto, pueden percibir diferentes reacciones corporales consecuencia del estrés que le producen.
Las personas empiezan a transpirar consecuencia de los nervios que le produce acercarse a un objeto o apreciar una imagen. También, pueden experimentar intranquilidad, que se manifiesta en el movimiento involuntario y constante de los brazos, manos, piernas y pies. Dificultad para articular palabras y expresar ideas coherentes puede considerarse otro de los síntomas. Cuando la persona con Tripofobia exterioriza su estrés y alguien más se percata, no puede explicar lo que le sucede. Las palabras se le amontonan y sus pensamientos se vuelven volátiles y difusos hasta que logra recuperarse del episodio nervioso. Para esto, necesita alejarse del objeto con las características que le parecen repulsivas o simplemente dejar de ver su imagen.
En los casos más extremos, la ansiedad experimentada puede ser tan grave que paraliza a la persona tropifóbica. Es cuando el estrés producido puede ocasionar vómitos, mareos e incluso desmayos por descompensación.
¿De dónde proviene este temor irracional?
Se sabe que las fobias se pueden originar por diferentes razones, como hechos traumáticos propios o ajenos. También, condiciones psicológicas previas contribuyen a que se originen con mayor facilidad, dependiendo del tipo de fobia que se trate. En el caso de la Tropifobia, por más descabellada e inusual que parezca, no se le considera un trastorno psicológico. Sin embargo, es difícil imaginar un hecho traumático vinculado a un objeto con un patrón geométrico repetitivo. O a una imagen que muestre un artículo o conjunto de cosas con estas características. Es por esto que suele pensarse en la tripofobia como una afección psicológica rara inherente a la persona con ella.Las personas con tripofobia poseen un miedo irracional de origen biológico y no cognitivo, de ahí que no puedan entenderlo.
Sin embargo, estudios e investigaciones recientes han arrojado resultados que podrían vislumbrar una explicación coherente para esta fobia. A esto llegaron investigadores de la Universidad de Essex, después de observar a varias personas presentando el mismo miedo irracional. Los ingleses concluyeron que la tripofobia puede tener una causa evolutiva, vinculante al instinto humano de supervivencia. La razón es la semejanza existente entre estos patrones repetitivos con el aspecto de la piel de algunos animales mortíferos.
Nuestros antepasados reconocían el peligro que estos animales representaban, y aprendieron a evitarlos para mantenerse a salvo. La información quedó grabada de alguna forma en nuestro código genético, resultando notable en las personas con tripofobia. Sin embargo, creen que todas las personas podrían tener tendencia a presentarla, sólo que en grados diferentes.
Efectos de la Tripofobia en las personas.
Una consecuencia notable que tienen las fobias en las personas que las padecen es la frustración que les produce. Considerando su tipo y gravedad, pueden verse controladas por el miedo irracional que padecen, cuando debería ser al revés. Sin embargo, cuando se trata de la Tropifobia, el efecto en la vida de quien la padece no es preocupante.
Las personas con esta condición suelen abstenerse de contemplar objetos, imágenes o cosas con las características que le inquietan. Al hacerlo, las personas a su alrededor pueden percibirlas como extrañas o peculiares, por no tolerar cosas comunes para ellos. También, pueden llegar a ser blanco de bromas, acercándolas más a lo que toleran a la causa de su miedo. Comentarios como ‘¡cuidado con la espuma!’, ‘¡los poros te van a comer!’, entre otros, son usados para burlarse de ellas.
¿Cómo superar esta fobia?
Casi todas las fobias pueden superarse efectivamente si las personas que las padecen las aceptan y están decidas a mejorar. El asesoramiento y acompañamiento continuo de profesionales como psiquiatras, psicoterapeutas y psicólogos es de gran valor en el proceso. Éstos son los indicados para determinar la gravedad de la fobia y el tratamiento para neutralizarla y ayudar al paciente.
Terapias de Programación Neurolingüística, ejercicios de relajación y control de pensamientos y terapias de modificación cognitivo – conductual son usuales. El objeto de éstos es modificar los pensamientos compulsivos del paciente para con lo que le ocasiona temor irracional. Una vez que éste puede identificarlos y analizarlos, comprende cómo le están afectando más que lo que le ocasiona miedo.
Considerando las repercusiones de esta afección en las personas que la padecen, los tratamientos para superarla no son complejos.
Sesiones de exposición progresiva a los elementos que desencadenan la fobia suelen bastar para tratarla y superarla.La idea es que la persona pueda contemplar imágenes con patrones repetidos, agujeros o protuberancias sin que le produzcan estrés. Para esto, debe obligarse a ver fotos, objetos o elementos con estas características, inicialmente las que le resulten menos perturbadoras. Con el paso del tiempo, deberán variarse las imágenes por otras más fuertes, hasta que pueda tolerarlas sin problemas.
Sobre la tripofobia…
En internet es posible encontrar muchísimas imágenes perturbadoras aun para quienes no consideren ser tripofóbicos, que ejemplifican las características. Sin embargo, es posible encontrar objetos con estas cualidades en nuestra vida diaria, solo que no solemos observarlos detenidamente.Micrófonos, esponjas, el tejido de la tela, hasta suelas de zapatos pueden presentar patronos simétricos o no, pero repetitivos.