Tripanofobia: Fobia a las inyecciones

Es muy común en una sala de emergencias escuchar gritos de personas, todo el que acude ahí se siente físicamente mal. Sufren accidentes, dolores, tienen huesos rotos… llama la atención que la mayoría de las veces el llanto es por miedo, como es el caso de la tripanofobia. Los gritos más fuertes pueden ser por miedo a ser pinchado por una inyección, cosa normal en un centro hospitalario.

Desde niños, el dolor físico causa temor: desde nuestras primeras caídas cuando estamos comenzando a caminar, cada fallo produce dolor. No se desea experimentar el dolor nuevamente, y perfeccionamos los primeros pasos, y luego en el uso de la bicicleta. Mediante la práctica aprendemos a corregir las situaciones para evitar el dolor físico que nosotros mismos por accidente podemos sufrir.

Pero, con una inyección, eso no sucede: la inyección es obligatoria, es necesaria para mejorar la condición de salud del individuo. Además, es la vía de administración de tratamiento más rápida y efectiva en el menor tiempo posible permite aliviar al enfermo.

Definición de tripanofobia

No es lo más común encontrar a alguien que disfrute con la aplicación de inyecciones, lo normal es que experimente incomodidad. Los niños en particular se sienten nerviosos al ser vacunados o cuando se les toma una muestra de sangre.

La tripanofobia, es el término aplicado al miedo que sufre la persona a ser pinchado por una aguja, una inyección. Este miedo se convierte en descontrolado e irracional, y se extiende hacia todo tipo de objetos punzopenetrantes. Entonces, aplica para cuchillos, agujas, bisturíes, navajas y hasta alfileres, todo aquello que pueda ocasionar herida en la piel produciendo sangre.

La raíz de la palabra tripanofobia, se ubica en el griego –trypanon– (taladro) y –phobos– (fobia), traduce “miedo a las perforaciones”. Las mismas van desde lo más mínimo –la perforación con un alfiler– hasta los cortes producidos en una intervención quirúrgica. Todo lo que implique atravesar o romper la piel le produce un terror incontrolable y extremo.

Esta afección también es conocida bajo el nombre de belonefobia. El afectado evade todos posibles escenarios donde pueda producirse de forma hipotética la situación: no frecuenta hospitales, ni se extraer sangre. No importa que sea necesario y obligatorio para controles de salud. Este trastorno afecta entre el 3,5 al 10% del total de la población mundial, y puede ser desestimado en etapas tempranas.

Existen sujetos que de sólo imaginar que recibirán una inyección entran en crisis, presentan pánico y sienten que serán lastimados. En consecuencia, el dolor que experimentarán es lo que los hace sufrir el descontrol y les pone en situación de alerta.

Origen de la tripanofobia

El trastorno tiene su origen en la infancia, cuando los mayores usan el dolor que causa una inyección para infundir miedo. Es muy frecuente escuchar “si no te comes toda la comida, te llevaré al médico para que te puye”. La persona va creciendo con este temor el cual sólo va tomando más fuerza, resultado en la adultez en pavor. El problema se incrementa si existe una condición de salud que requiere periódicamente ser inyectado para controlar la afección.

Test para detectar una posible tripanofobia

Una persona que puede padecer esta enfermedad, responde afirmativamente a la mayoría de estas preguntas:

  • ¿Siento nervios y taquicardia cuando pienso en agujas?
  • ¿Me dan ganas de llorar por el miedo cuando sé que debo ir para ser inyectado?
  • ¿Grito y debo ser controlado por varias personas cuando asisto a que me apliquen una inyección?
  • ¿Evito a toda costa acercarme a lugares donde posiblemente se administren medicamentos inyectados?
  • ¿Siempre considero para tratamientos todas las alternativas posibles de medicamentos, excluyendo la vía inyectada?

Causas de la tripanofobia

Desde el punto de vista científico, no se puede asegurar exactamente qué puede ocasionar la fobia a las agujas. Existe un porcentaje elevado que asocia este trastorno con causas hereditarias, debido a que parientes cercanos la padecen. Por otro lado, la tesis de que el miedo a las agujas y objetos cortopunzantes es aprendida, cobra cada día más fuerza en el gremio médico.

También, existe la posibilidad de que el temor a la punción en la piel forma parte de una adaptación del ser humano a nivel evolutivo. Debido a que las heridas son asociadas con la muerte, se presume que evitarlas sea una medida para preservar la vida.

La hipótesis de haber experimentado una situación extrema en los primeros años de edad, donde hayan estado involucradas las agujas. Esta es la que surge como la de más alta probabilidad para el aparecimiento de esta fobia.

Síntomas de la tripanofobia

  • Temor continuo que raya en lo excesivo e inadecuado por la antelación del evento de ser inyectado.
  • Mostrarse extremadamente ansioso ante la idea de asistir para aplicarse una inyección.
  • El paciente muestra signos de entender que su miedo es irracional, sin embargo, no puede dominarlo.
  • Se acelera el pulso, la presión arterial. Pero cuando se está recibiendo el pinchazo, la presión arterial disminuye drásticamente. Esto puede ocasionar náuseas, vómitos, mareos, temblores y ahogo.
  • El perjudicado evade asistir chequeos médicos necesarios o visitas al dentista, lo cual puede acarrear infecciones en el largo plazo.
  • Mostrarse agresivo hacia cualquier profesional de la salud, así tenga una jeringa o no.
  • El uso de las agujas es mentalmente asociado de forma inmediata con la muerte.
  • Evadir compulsivamente ser visto por un médico, sin importar que eso le pueda conllevar a la muerte.

¿Qué ocurre con un tripanofóbico diabético?

Las personas que padecen diabetes, deben inyectarse a diario insulina para mantener sus niveles controlados. Esta situación puede ser grave si el paciente padece tripanofobia, porque esto significará una crisis diaria por la inyección. Sin embargo, la ciencia ha adelantado gracias a la tecnología las llamadas “plumas de insulina” que permiten al individuo aplicarse la insulina.

Estos dispositivos cuentan con una aguja muy delgada y pequeña, la cual reduce al mínimo el picor en la piel. Además, son precisas en cuanto a las cantidades suministradas en cada aplicación, la aguja se sustituye después de cada aplicación.

Tripanofobia

Tratamiento de la tripanofobia

La ciencia moderna aplica diferentes técnicas de terapia que permiten al paciente aprender a lidiar con su fobia para manejarla adecuadamente. Lo más importante siempre será acudir a terapia oportunamente, para evitar que el trastorno progrese y fortalezca en el tiempo.

La técnica cognitiva – conductual, se utiliza para auxiliar al paciente para transformar la conducta de respuesta de forma paulatina. Así, el sujeto puede ir encontrando formas de reaccionar y confrontar el miedo de forma gradual, mediante el enfrentamiento con este.

Se puede tratar con medicamentos ansiolíticos destinados a regular el comportamiento previo a la situación donde se recibirá la inyección.

Recomendaciones para una persona que padece esta fobia

  • La persona debe buscar ayuda profesional, para lograr racionalizar y descubrir la razón de su padecimiento.
  • Se sugiere el manejo de técnicas para regular la ansiedad, tales como la conciencia de la respiración y la visualización.
  • Se debe tratar de mantener la idea fija de que la inyección tiene beneficios para la salud, que es necesaria.
    Repetirse mentalmente: “es para mi propio bien y el de mi familia” al momento de enfrentar el miedo.
  • Tratar de sustituir mentalmente el miedo por experiencias realmente negativas que haya sufrido, que superen el miedo al pinchazo.
  • Pensar con los ojos cerrados en esta idea: “sólo son uno segundos. El dolor que sentiré será momentáneo”.
  • Comunicar al especialista que le atenderá que sufre de este trastorno, así ayudará con técnicas para minimizar la aparición del pánico.
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