“El olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas y hay que tirar rencores por la borda…” Mario Benedetti/Ese gran simulacro.
El olvido
Todos hemos vivido situaciones que hemos que querido borrar completamente de nuestra memoria. De hecho, me atrevería a decir que todos tenemos una historia triste que contar, algún momento de extremo dolor, decepción, o simplemente un recuerdo muy vergonzoso que hemos decido sacar de nuestra mente.
Sin embargo, esto en muchos casos no es posible. Para nosotros, los humanos se nos hace extremadamente complicado, por más que lo intentemos, sacar un momento, una persona o un lugar específico de nuestros recuerdos, tal vez porque la única manera de no recordar algo, es que no haya pasado.
En la misma intención del olvido subyace el recuerdo
En nuestro afán por olvidar, siempre estaremos recordando. El olvido es un acto involuntario, el intentar eliminar un recuerdo solamente estaremos dando cabida a que este se hospede en nuestra conciencia indefinidamente.
Entonces, sería realmente absurdo tratar de convencer a nuestra memoria de eliminar aquellos recuerdos que nos recrean situaciones para nada confortables.
No existe la función voluntaria del olvido, no existen una tecla que podamos pulsar para ir eliminando todos aquellos recuerdos que no consideramos valioso. Pero, entonces ¿Qué podemos hacer?
Olvídate de olvidar
Generalmente, cuando ocurren momentos significativos para nosotros, bien sea positivo o negativo, nuestro subconsciente se encarga de colocarle la etiqueta de “importante”, y una vez esto haya ocurrido, resultara realmente difícil eliminarlo por voluntad propia.
Entonces, ¿Qué hacemos para olvidar? Pues, aunque suene contradictorio, debes olvidarte de olvidar, es decir, deja de intentar olvidar a esa persona que te causo daño, ese momento tan desagradable, o ese lugar que juraste nunca volver a pisar.
No pretendas más borrar aquellos recuerdos que no te agradan como si se tratara de la edición de una película. De hecho, solo te será posible olvidar, cuando ya no intentes hacerlo, cuando concentres toda tu energía en vivir nuevas experiencias que traigan consigo nuevos recuerdos, y que estos, poco a poco te hagan olvidar todo lo demás.
Solamente así podrás olvidar, cuando concentres tus pensamientos en nuevas y mejores etapas de tu vida que llenen tu memoria de mejores recuerdos, cuando dejes de intentar eliminar los recuerdos negativos, y te propongas aprender de todas esas experiencias, que a final de cuenta son eso, experiencias.
Te puedo asegurar que una vez hayas todo entendido esto, comprenderás mejor al poeta uruguayo cuando escribió “en el fondo el olvido es un gran simulacro, nadie sabe, ni puede, aunque quiera, olvidar”
El olvido, ese gran simulacro por Mario Benedetti
“Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese El Camino de Santiago
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.”
