Nosofobia: Fobia a enfermar

Las enfermedades suelen asociarse con dolores, malestares y tener que dejar de lado actividades comunes para guardar reposo hasta recuperarnos. Tener consciencia de esto nos hace querer evitar contraerlas, y para ello solemos usar vacunas, tomar vitaminas y evitamos riesgos. Sin embargo, al vivir en sociedad nos encontramos expuestos constantemente a millones de virus, bacterias y situaciones algunas veces inseguras. La mayoría de las personas tiene en cuenta esto, pero no permiten que le impidan desarrollar las actividades que necesitan hacer. Sin embargo, no es así con la nosofobia, las personas que tienen un miedo irracional a contraer enfermedades y discapacidades. Esta fobia puede tener diversas causas y afectar a quien la padece de diferentes maneras, seguidamente explicaremos algunas de ellas.

¿Qué es la Nosofobia?

La Nosofobia se puede definir como el miedo irracional e incontrolable que sienten algunas personas a adquirir enfermedades y discapacidades. Así mismo, la fobia provoca el rechazo a sus cumpleaños, porque asocian el envejecer con la pérdida de la salud. Es un tipo de fobia que provoca angustia a quien la padece, ya que cualquier situación representa un riesgo potencial. Esto genera consecuencias graves, que terminan afectando sus relaciones y su calidad de vida si no se trata oportunamente.

¿Cómo se diagnostica la Nosofobia?

La nosofobia resulta evidente cuando la preocupación por contraer enfermedades, envejecer o adquirir alguna discapacidad temporal o permanente es intensa. Las personas con esta condición sienten que es su responsabilidad mantenerse al margen de situaciones que puedan propiciar estos hechos. Tienen la certeza de que, si evitan ciertas cosas, lugares y personas, estarán a salvo de cualquiera de éstas. Aunque sea falso, pretenden que no, cuando al evitar mencionar o celebrar su cumpleaños simulan que el tiempo no pasó. Lo anterior es ejemplo de la obsesión con la vejez asociada a la degeneración, considerable un síntoma de la fobia.

Entre las cosas que las personas con nosofobia tienden a evitar se encuentran lugares que consideran ‘insalubres’, como hospitales. No se acercarían a una persona que proceda de una clínica, por ejemplo, hasta que ésta se haya desinfectado. Así mismo, prescinden del contacto con personas que tengan algún malestar o síntoma de haber contraído una enfermedad. Aunque se tratara de un familiar, amigo o pareja, esta persona se convertiría en totalmente indeseable para ella.

Las personas con esta condición no ingieren alimentos de los que no tengan certeza sobre cómo fueron manipulados y preparados. Por tal motivo, no comen en restaurantes y afines. Ésta y todas las conductas descritas anteriormente se consideran síntomas inequívocos de la nosofobia. Sin embargo, siempre puede darse una situación no prevista en la que se encuentren con la raíz de su miedo. En estos casos, los nosofóbicos experimentan altos niveles de estrés y angustia, síntomas exteriorizados en sudoración excesiva e intranquilidad. Mareos, náuseas, incluso una explosión repentina de llanto puede surgir si la persona no logra escapar de la situación.

¿Cómo se desarrolla la Nosofobia?

En el caso de las personas que padecen fobias, siempre puede resultar complejo determinar de dónde surgieron. La mayoría de las veces suelen asociarse a la vivencia, propia o como espectador, de hechos traumáticos y dolorosos. En otras ocasiones, las personas tienen tendencia a desarrollarlas por poseer trastornos psicológicos previos, o una personalidad obsesivo compulsiva.

La nosofobia se puede asociar con microfobia (miedo a los gérmenes), bacilofobia (miedo a las bacterias), cipridofobia (miedo a las enfermedades de transmisión sexual). La nosofobia se presenta acompañada de estas otras fobias en una persona obsesionada con su salud y la limpieza. Cuando presenta estas características, tiene altas probabilidades de poseer una personalidad obsesivo compulsiva que pueda haber ayudado a desarrollar fobias.

También, hay estudios que sostienen que esta es una de las fobias más comunes entre los profesionales de la salud. Médicos, enfermeras y especialistas pueden llegar a desarrollarla después de estudiar y observar muchos pacientes y enfermedades. La exposición directa, constante o exhaustiva de éstos profesionales con condiciones de salud, pudieron provocar temor irracional a contraerlas. La consciencia de la gravedad de los virus, presencia de bacterias y encontrarse invariablemente expuesto a ellas, pudo generar fobia.

Igualmente, una persona puede desarrollar nosofobia después de ver cómo vive alguien con una enfermedad o discapacidad que considere grave. Puede llegar a sentir que, de estar en esa situación, no podría sobrellevarla y por eso se obsesiona con evitarla. Analiza las desventajas de vivir de esa manera, sin darse cuenta que desarrolla su propia condición al consentir esos pensamientos.

¿Cómo afecta a la vida?

Las personas que padecen fobias suelen vivir de por sí con altos niveles de estrés, angustia y frustración. Esto se debe a que pueden estar conscientes de sus miedos y cómo les afectan, pero no logran neutralizarlos. La frustración aparece cuando por más que lo intentan, no pueden evitar que sea el temor quien decida por ellos.

Cuando se trata de alguien con Nosofobia, la condición tiene gran incidencia en sus relaciones sociales y personales. Quien la padece, puede llegar a aislarse, por considerar que el contacto con otras personas puede contagiarle alguna enfermedad. Sobra decir que al hacer esto, detiene su vida, ocasionándose más daño que el que le hace la fobia misma. Tener una relación sentimental o de pareja es impensable, porque quizás no tolerarían tener relaciones sexuales o un simple beso. Cualquiera de éstos representa un gran riesgo de contagio, y eso es más preocupante que la normalidad de su vida.

Nosofobia

¿Cómo se puede superar la Nosofobia?

El primer paso es que la persona que tiene la fobia lo acepte, y se prepare psicológicamente para recibir tratamiento es aceptar que sus conductas no son sanas y que, en vez de mantenerla a salvo, la están perjudicando. A partir de este hecho puede empezar a racionalizar su miedo, comprendiendo qué tanto le ha estado afectado.

Psiquiatras, psicoterapeutas y psicólogos son los especialistas adecuados para tratar este tipo de afecciones con tratamientos específicos para cada caso. Entre los tratamientos más utilizados se encuentran las terapias cognitivas – conductuales, y de exposición directa o choque. La primera busca modificar los patrones de pensamiento – acción, mientras que la otra la obliga a enfrentar sus miedos. La programación neurolingüística es otra alternativa para superar temores irracionales, empoderando a la persona sobre sus sentimientos ante determinadas situaciones. Se trata de visualizarse en la situación que le genera estrés y angustia, percibiendo sensaciones distintas u opuestas a éstas.

Sesiones en las que se aborda la importancia del autocontrol y la relajación pueden formar parte del tratamiento del nosofóbico. La idea es brindarle a la persona múltiples herramientas para superar su afección, controlar sus pensamientos y su vida. Mediante el aprendizaje de técnicas de relajación, la persona puede prepararse con antelación para exponerse al origen de sus miedos. Así mismo, este conocimiento le servirá para emplearlo en otros aspectos y así mejorar de manera integral.

¿Conoces a alguien con esta fobia?

Es importante recordar que, como con todas las fobias, la nosofobia no es una elección de quien la padece. Las personas pueden llegar a tenerla o desarrollarla por diversas causas, por lo que no debemos juzgarlas por ello. Catalogar su conducta despectivamente por no saber que se trata de una afección seria, no contribuye a su recuperación. En cambio, si conoces a alguien que pueda tenerla, brindarle tu apoyo y comprensión es la mejor manera de ayudarla.

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