Corría el año 1808, las guerras napoleónicas y la guerra ruso-turca estaban en pleno auge. Mientras tanto, en Inglaterra, Thomas Young, un prominente científico, era el primero en describir la hipertensión arterial como enfermedad. Solamente con el transcurso de los años y con la constancia de muchos hombres y mujeres de ciencia, se fue desvelando todo acerca de esta patología. Hoy en día sabemos mucho más de ella gracias a la medicina moderna, lo que nos permite ser más conscientes y prevenir los factores de riesgo.
La hipertensión arterial
Esta enfermedad afecta a cerca de mil millones de personas en el mundo, por el hecho de que, dejando fuera los factores hereditarios, cualquiera de nosotros puede llegar a ser hipertenso. Sé que de seguro te interesa el tema, por eso, ¡relájate y lee!
Hablamos de una enfermedad crónica y altamente mortal, en las naciones desarrolladas sobre todo, por lo que es una problemática de la salud pública mundial; ya que aunque es una enfermedad fácil de detectar y asintomática, por demás, puede ser letal si no se atiende con premura.
La HTA, como también se le conoce, aparece por causas desconocidas en casi su totalidad, y tiene una gran influencia hereditaria. Se caracteriza por el aumento creciente de la presión sanguínea en las arterias. Existen dos tipos, principalmente, la hipertensión arterial primaria o esencial, y la secundaria. Aunque hay otras patologías que se derivan de estas, desde la hipertensión del embarazo, pasando por la enfermedad renal crónica, hasta la hipertensión intracraneal.
Hay varios elementos ambientales que pueden crear susceptibilidad al desarrollo de la hipertensión arterial, como la ingesta de alcohol, la obesidad, particularidades en el nacimiento, así como estilos de vida estresantes, y también, niveles altos de colesterol. Consumir en exceso carnes grasas, alimentos grasos, fritos y conservados puede también, además de la hipertensión, causar ateroesclerosis. El consumo excesivo de sodio en cualquiera de sus formas, como por ejemplo la sal, debe de evitarse pues específicamente esta aumenta la presión sanguínea significativamente.
En la diabetes
Ser diabético puede ser un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, incluida la hipertensión arterial; también ser obeso puede crear propensión a enfermedades de este tipo, la HTA incluida. La edad, como es de imaginarse, influye sobremanera en el riesgo de padecer la hipertensión, y aunque varias razones pueden entrar en juego, la principal es que los vasos sanguíneos se vuelven rígidos, lo que reduce su flexibilidad y elasticidad, aumentando la presión arterial.
Contrario a lo que pudiera parecer, los sistemas de funcionamiento asociados a la hipertensión arterial esencial son mucho menos comprendidos que los de la hipertensión secundaria. Por esto cada elemento del diagnóstico clínico o factor de riesgo, cada antecedente, cada síntoma deben ser revisados cuidadosamente. La historia clínica de un hipertenso debería ser lo más detallada posible, incluyendo detalles como condición socioeconómica, hábitos dietéticos e higiénicos, intolerancias, sucesos cardiovasculares previos, y antecedentes familiares de enfermedad, entre otros.
Como dato curioso, ¡atención mujeres!, está demostrado que la mujer es menos propensa a contraer la hipertensión arterial, al menos antes de la menopausia, principalmente porque luego de la menopausia determinadas hormonas que la protegen de enfermedad desaparecen.
¿A que tú no quisieras sufrir de hipertensión arterial?
La verdad es que yo tampoco. Pero tranquilos, aunque es difícil y complejo mantener una disciplina alimentaria y un estilo de vida responsable en la sociedad de hoy, donde en cualquier esquina nos venden un sándwich tentador, o donde podemos tener horas de entretenimiento sedentario en la tranquilidad del hogar, ¡lograrlo es posible!
Controla tu peso, practica ejercicio físico, modifica tus hábitos alimentarios. Come más frutas y verduras, evita tanto fritos como embutidos, limita el consumo de grasas, utiliza el aceite de oliva. Nada que no te diga tu pareja, tu mejor amigo o tu abuela cuando te piden que no le eches tanta grasa a tus comidas, o cuando te piden que te levantes del asiento que está frente a tu PC.
La hipertensión arterial es una enfermedad que hace sufrir a muchas personas sin necesidad, es mejor vivir la vida previniéndola. Lo que comemos hoy, lo que hacemos, cómo nos comportamos en el día a día, condiciona quién seremos mañana, y sobre todo, de cuanta salud cardiovascular o no, gozaremos.