El sueño reparador

Algo que repercute directamente en nuestra salud es el descanso. La falta de un sueño reparador nos afecta tanto física como psicológicamente, por eso debemos darle la debida atención. Ahora bien, existen distintos tipos de sueños, entre ellos el sueño reparador. Quizás es el más importante, descubre por qué y qué hacer para conseguirlo.

¿Qué es el sueño reparador?

Empecemos explicando que existen dos tipos de sueño, el de movimientos oculares rápidos y el de ondas lentas. El último se divide a su vez en cuatro partes, la tercera y la cuarta corresponden a lo que conocemos como el sueño reparador o delta. Aparece entre veinte y sesenta minutos después que se inicia el descanso.

Al momento que entramos en la fase reparadora, el cerebro memoriza momentos y se realiza un proceso de restauración de tejidos musculares. De esta forma, el cerebro se repara y permite la disminución de presión arterial, temperatura y pulsaciones cardiacas.

Cuando amaneces sin agotamiento y descansado es porque se llevó a cabo el sueño delta. En cambio, si te levantas con la sensación de no haber descansado y con malestar, es porque el cuerpo no realizó el proceso de reparación. Así que, a final de cuentas este sueño es vital.

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Beneficios y consejos para un mejor descanso

Mantener un sueño correcto es necesario para preservar tu salud física y mental. Con él se regenera el sistema nervioso y repara lesiones o daños leves. Logras asimilar por completo los alimentos consumidos y recuperas energía implementada por células.

Si quieres lograr conseguirlo, evita consumir y usar sustancias estimulantes por lo menos tres horas antes del descanso. Como ejemplo tenemos el café, té o chocolate, ellos interfieren el sueño. Adicionalmente, trata de tomar una cena ligera, de lo contrario puedes sufrir indigestión e interrumpes el proceso de descanso.

Evita usar dispositivos electrónicos antes de dormir. Son activadores del cerebro y te hacen difícil conciliar el sueño. Y si los tienes cerca, al proyectar luz o sonido te pueden molestar. También es bueno que minimices la entrada de luz del sol. Nuestros ojos, aunque estén cerrados, reaccionan a la luz y hace que el cerebro disminuya la producción de melatonina.

Consecuencias que puedes sufrir si no duermes bien

Existen múltiples consecuencias, el promedio que una persona debe dormir son 7 u 8 horas. La mayoría no lo toma en serio. Puedes sufrir un descontrol de múltiples emociones y hormonas como las del apetito, generando ansiedad. Aparecen problemas de coordinación ocular que aumentan el riesgo de sufrir accidentes.

Así mismo, se debilita el sistema inmune, provocando gripes y resfriados. Se ve comprometido el tejido cerebral y pierdes capacidad de concentración. Por último, el corazón también sufre. Aumenta la tensión, se obstruyen arterias y puede provocar problemas cardíacos.

Sin duda, el sueño reparador es sinónimo de buena salud. Si eres una de las personas despreocupadas por tu descanso, piénsalo bien. Quienes duermen menos, tienen un riesgo mayor de morir a edad temprana.

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