Desmontando la teoría del déficit calórico

Nos han inculcado ideas para perder peso que distan de ser válidas. Se insiste con frecuencia en que nos movemos menos de lo que deberíamos e ingerimos más calorías que las que consumimos. Y que en teoría que engordemos porque falla el cumplir con el déficit calórico.

Desmontando la teoría del déficit calórico

Pues bien, esta teoría es desmontable entre otras razones porque cada persona tiene unas condiciones diferentes y lo que tenemos que hacer es personalizar al máximo nuestra alimentación en base a la condición particular de cada persona.

Puedes encontrar aquí un artículo donde se explica al detalle y de manera muy comprensible que para perder peso hay factores que van más allá del hecho de que tengamos que sufrir con horas de gimnasio (si es que no disfrutamos con este tipo de ejercicio), o con dietas súper restrictivas que no sirven. Nos han querido convencer de que tener sobrepeso es debido a que no realizamos suficiente ejercicio o comemos demasiado, y se nos olvida que hay más aspectos que influyen en nuestro peso.

En Movimiento Actívate se encuentran muchos consejos para bajar de peso, porque es cierto que nuestro ritmo de vida y alimentación hacen que sea cada vez más difícil estar en nuestro peso ideal. Pero para perder peso no tenemos que comer menos, tenemos que comer mejor.

Lo importante es el número de calorías totales que se consumen en un día. Para adelgazar es falso que sea necesario seguir una dieta estricta, hacer ayuno o pasar hambre. Como tampoco es cierto que la clave esté en caer en el déficit calórico; es decir, ingerir menos calorías de las que se consumen con la actividad diaria, teniendo en cuenta que hay que incluir en ese consumo el hecho de andar y cualquier tipo de movimiento, incluso respirar. O al menos no consiste solamente en ese trabajo, que además sólo nos lleva a un efecto rebote muy frustrante.

Desmontando la teoría del déficit calórico

Menos bulos, más rigor científico

Y es que hay que tener mucho cuidado con los tópicos e informarse mejor. Por ejemplo, se nos ha dado a entender que tomar fruta por la noche engorda pero algunos nutricionistas están demostrando que hay frutas como por ejemplo la fresa que tiene un 85% de agua por lo que sacia y apenas aporta calorías.

No hay que obsesionarse pero sí hay que cuidar el peso y no precisamente por una mera cuestión estética sino principalmente de salud. Y es que el abuso de grasas y azúcares tienen un efecto nocivo y consecuencias para nuestro organismo. Por eso por supuesto que es interesante que aprendamos a comer bien pero sabiendo que eso no implica un sufrimiento.

¿En qué se basa el mito del déficit calórico?

Consumir menos calorías de las que consume nuestro cuerpo hasta alcanzar un déficit calórico claro que va a producir una pérdida de peso. Pero hay que tener en cuenta que en cuanto le aportemos al cuerpo de nuevo esas calorías el peso aumentará y más aún, porque si pasamos hambre después será muy probable que nos demos un atracón.

La clave está en cambiar nuestra alimentación y a veces incluso puede darse el caso de que comamos más cantidad de lo que veníamos haciendo pero sin engordar. ¿A qué suena bien? Pues se consigue añadiendo mas verduras y frutas a nuestra dieta. Hay que escoger los alimentos por su densidad calórica, destacando además de las verduras, las carnes blancas, el pescado y los huevos, y evitar en lo posible los dulces y snacks salados, las salsas y las bebidas alcohólicas. En definitiva, hay que evitar tentaciones pero sin castigarse.

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