A pesar de que este concepto está remitiendo, todavía hay mucha gente que juzga los videojuegos como negativo e incluso que te vuelve violento. Otros lo ven meramente como algo de entretenimiento sin ningún beneficio más allá. Sin embargo, esta industria ha crecido y evolucionado mucho más de lo que muchos creen, cambiando completamente el concepto inicial de videojuego y qué fin persiguen. Muchos estudios han decidido investigar a raíz de este hecho y poder dar una respuesta a esta incógnita. Vemos cómo afectan los videojuegos a la salud mental sin prejuicios.
Cómo afectan los videojuegos a la salud mental de forma positiva
Los videojuegos han demostrado ser algo más que un entretenimiento pasajero. Entre otras ventajas que han encontrado está el desarrollo cognitivo, la mejora en la toma de decisiones y la rapidez mental. No solo esto, si no que muchos son multijugador, lo que provoca una mejora en la capacidad de organización y cooperación, y tienen un impacto positivo en la memoria.
Como ya hemos mencionado anteriormente, los videojuegos han evolucionado y muchos estudios han tomado la decisión de crear juegos con una gran carga emocional. Estos basan prácticamente toda su jugabilidad en una historia emotiva, que te hace crecer como persona, con gran trasfondo moral y te llevan a desarrrollar una fuerza y valentía a la hora de enfrentarte a problemas, quedando marcados de forma profunda. Entre otros, muchas historias se han centrado en personajes que sufren algún tipo de trastorno, y lo exploran poco a poco solventando problemas y pasando por obstáculos físicos y emocionales. Estrés, depresión, la búsqueda de uno mismo o el Alzheimer son algunos de los temas escogidos. Otros desarrolladores han tirado mas hacia un lado educativo directo, por el que a través del juego aprendes idiomas o habilidades como la programación.
Cómo afectan los videojuegos a la salud mental de forma negativa
Por supuesto, todo en exceso puede llegar a ser perjudicial. En este caso el resultado es el “trastorno del videojuego”, trastorno ya recogido en la OMS como una realidad de nuestros días. Consiste en una adicción desmedida a los videojuegos, no solo un gusto hacia ellos o una preferencia. Para que pueda considerarse una adicción, debe afectar de forma negativa en el día a día de la persona que lo padece, dejando de hacer otras actividades necesarias como responsabilidades (trabajar o estudiar) y para la salud propia, como dormir o comer. También debe presentar ansiedad o enojo al tener que dejar los videojuegos. Esta adicción puede llevar a tener una vida sedentaria, con todo lo que eso conlleva, una alteración del sueño o incluso depresión o dislexia.
En conclusión
Todo en su justa medida puede ser positivo. Por tanto, no te dejes prejuzgar por lo que escuches sobre los videojuegos, y valora su uso en la medida correcta. Además, si el juego en cuestión cuenta una historia profunda, o proponen una actividad educativa, entonces resultan muy beneficiosos.