Las risas de algunas personas pueden resultarnos curiosas, encantadoras o detestables, depende de varios factores cómo las cataloguemos. Sin embargo, para algunas personas, cualquier tipo de risa, sin importar siquiera qué la provocó, representa una amenaza. Igualmente, todos conocemos a quien quiere llamar la atención y no le importa hacer el ridículo para conseguirlo. No obstante, para algunas personas esta situación representa una pesadilla, y pueden llegar a pasarla muy mal si se cumple. En ambos casos, tanto quienes rechazan las risas como quienes evitan a toda costa el ridículo, podrían tener catagelofobia. Esta fobia es más común de lo que imaginamos, y en adelante veremos cómo suele presentarse y cómo puede tratarse.
¿Qué es la Catagelofobia?
La catagelofobia puede definirse como el temor irracional que algunas personas sienten ante la idea de hacer el ridículo. La posibilidad de ser causa de risa, sentirse humilladas, menospreciadas o burladas supone gran angustia para quienes tienen esta fobia. Escuchar o ver reír estridente o moderadamente a otras personas también puede detonar su miedo irracional.Esto se debe a que siempre la asocian con burla y desprecio hacia sí mismo o alguien más. La palabra deriva del griego ‘Katáguelos’, que en su traducción significa burla e irrisión, es decir, terror a estas reacciones.
¿Qué causa la Catagelofobia?
Esta fobia está particularmente asociada a problemas emocionales de la persona que la tiene, como baja autoestima y poca autoaceptación. Sin embargo, estos problemas pudieron derivar de hechos previos y traumáticos que los provocaron, convirtiéndose así en una afección mayor. Es como un niño que fue objeto constante de burlas por parte de sus familiares y amigos pudo desarrollarlos. Esta persona, al hacerse mayor, tiene más posibilidades de ser catagelofóbico, porque no quiere repetir las sensaciones de esas circunstancias.
Considerando lo anterior, los adultos con esta condición pudieron ser niños y adolescentes que sufrieron acoso escolar y maltratos. También, pudieron ser testigos de cómo alguno de sus compañeros era constantemente humillado y del sufrimiento que eso le provocaba. En cualquiera de los casos, desarrolló el temor de que eso pudiese ocurrirle, y así la decisión de evitarlo.
De la misma manera, la fobia puede llegar a desarrollarse por diferentes motivos en cada individuo que la presente. Esto se debe a que suelen ser una reacción derivada de la interpretación particular de un hecho o circunstancia especifica. Es como, por ejemplo, la persona con catagelofobia asumió que se estaban riendo de él con la intención de herirlo. Cuando, de hecho, ninguna de las personas partícipes del evento pensó en que la reacción podría lastimarlo, o quería hacerlo.
Síntomas del temor irracional al ridículo, risas y humillación
Las fobias se evidencian cuando la persona que la padece tiene respuestas exageradas e intensas ante circunstancias normales para otra. En el caso de la catagelofobia, los síntomas presentados pueden variar en cada persona, ya que reaccionan de diferentes maneras.
En el caso de niños, pueden presentar total aversión a asistir al colegio, actividades extracurriculares y grupales. Estos deberes representan la posibilidad de ser burlado y agredido, y al no poder detenerlo, evadirlos es la solución. Cuando el abuso ocurre en el seno familiar, por parte de un hermano, por ejemplo, la reacción puede variar. Como no puede escapar de la circunstancia, el niño se siente frustrado y se aísla como mecanismo de defensa. En ocasiones, puede desencadenar el llanto desmedido e incluso la violencia, aunque ésta última se ve condicionada a otros factores.
Un adulto puede presentar síntomas similares, aunque las circunstancias que los provocan tienden a ser un poco diferentes e ineludibles. La mayoría de las veces, las personas no pueden simplemente abandonar sus responsabilidades y compromisos. Si dentro de alguno de éstos se sienten burlados o parcialmente humillados pudiese ser suficiente para evidenciar síntomas de catagelofobia. Sudoración e imposibilidad para concentrarse en alguna actividad, además de aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, cuentan como ellos. Ser tomado como ejemplo de conducta irrisoria es inaceptable, por lo que pueden incurrir en violencia si se sienten burlados.Las personas con esta condición no ven el humor como algo espontaneo, sino como una herramienta para herir y humillar.
Efectos y consecuencias de padecer de catagelofobia
Las personas que padecen fobias tienden a encontrar una manera de sobrellevarla, básicamente condicionando su vida a evitar sus temores. En estos casos, no se dan cuenta que terminan ocasionándose otros daños, que los perjudican igual o en mayor medida. Las personas que viven con Catagelofobia ven seriamente afectada su vida social y hasta familiar, porque evitan exponerse ante ellas. En cualquier encuentro en el que se les pida expresar una opinión, sienten que tiene como fin el ser burladas.
Estos pensamientos sabotean diferentes aspectos de su vida, porque no les permiten expresarse y demostrar las cosas que pueden hacer. Los catagelofóbicos pueden limitarse a hacer solo aquello que les permita pasar desapercibidos, creyendo que así no causarán risa. Cuando esto sucede, no expresan lo que realmente piensan y quieren decir, sino aquello que suponen los demás quieren escuchar.
Igualmente, no se atreven a mostrar sus aficiones, creaciones o hablar sobre lo que les interesa y apasiona. Conversar sobre cualquiera de estas cosas podría ser causa de burla si quien las escucha las considera estúpidas y sosas. Las personas con esta fobia viven inmersas dentro de sí, evitando ser partícipe de conversaciones y sintiéndose solas e incomprendidas.
De igual manera, los catagelofóbicos pueden llegar a ser percibidos como personas retraídas, raras, de mal humor e incluso arrogantes. Los mecanismos de defensa ante el detonante de su fobia, son vistos con extrañez por quienes no conocen su condición. Esto origina juicios, comentarios y suposiciones sobre la personalidad y las razones por las que son como son. Rara vez son positivos, al contrario, suelen ser despectivos, y así no contribuyen a mejorar el estado de estas personas.
¿Cómo podemos tratar la catagelofobia?
Para tratar efectivamente esta fobia debe considerarse su origen, es decir, que está relacionada especialmente con la autoestima del paciente. Es como en la mayoría de los casos, los tratamientos están dirigidos a que la persona pueda incrementar la propia. Para esto, se emplean diferentes mecanismos, que van desde el reconocimiento de cualidades y virtudes hasta cambios de aspecto físico. Esto se debe a que cuando una persona siente que luce bien, le es más fácil sentirse segura de sí. Con esto se intenta que mantenga esta sensación al momento de expresarse y así enfrentar su temor. Entre otras de las maneras de conseguir este fin se cuenta el propiciar el cambio de pensamientos por unos positivos. El fomentar la aceptación, el respeto por sí mismo y evitar las comparaciones con otras personas, también cuenta.
Las terapias como tratamientos
En otros casos, los especialistas consideran utilizar otras tácticas, como terapias cognitivo-conductuales y psicoanalíticas. El propósito de las primeras es modificar los hilos de pensamiento que desencadenan estrés y angustia ante la risa. Cambiar las reacciones negativas por unas neutrales o de indiferencia debe la meta a alcanzar mediante estas sesiones. Mientras, a través del psicoanálisis, se busca determinar las causas que originaron la fobia y que el paciente pueda superarlas. Mediante conversaciones, el paciente debe describir cómo se sintió en tales situaciones y cuáles fueron sus pensamientos al respecto. El terapeuta puede mostrarle análisis alternos con el objeto de que entienda que sus pensamientos fueron una elección. Todo esto como parte de un tratamiento integral y planificado para que el paciente supere sus miedos.